martes, 8 de octubre de 2013

COMPILACIÓN DE ANÉCDOTAS

Escribe Walter Ernesto Celina
08.10.2013

UN PATRIMONIO ABIERTO DE PAR EN PAR

El Día del Patrimonio se acaba de celebrar en Montevideo y en las ciudades del Interior de Uruguay para denotar una cualidad brillante de nuestra música popular: el tango.
Las sedes de numerosas entidades oficiales y de la actividad privada se abrieron para exhibir sus acervos. Esta vez, con una característica especialísima. Por doquier surgían los compases de memorables orquestas, con cantores emblemáticos del siglo pasado y, dándole un toque de vigencia absoluta a la celebración, coros y cantantes, grupos y parejas de baile y músicos actuando en vivo.
En una jornada esplendorosa de primavera, en Montevideo, el público se arracimaba en locales, ferias y plazas, disfrutando de un evento civilizatorio permeado por el signo de la cultura y, de su mano, de la tolerancia y el respeto.
Las letras no estuvieron ausentes y se dieron cita, como para testimoniar la existencia de un gran marco.
Como no podía ser de otra manera, Carlos Gardel acompañaba con su voz eterna, desde las grandes pantallas que aporta el siglo XXI, volcando imágenes de magnética vigencia.
A la hermosa sede del Club Nacional de Fútbol de modo incesante estuvo llegando un público que admiró trofeos de todos los tiempos y el impresionante friso de cuadros, con equipos fundadores y deportistas de oro del balompié. De los que pusieran de lado la omnipresencia inglesa para crear una entidad pionera, de cuño uruguayo.
En un salón principal, aireado por miradas que vienen de una gloria, Carlos Gardel llegó traído por la voz del Lic. Prof. Eduardo Cuitiño, acompañado por una pléyade de escritores gardelianos, de pura cepa tanguera y un  atento público.
Definió a Gardel como “aquel muchacho humilde”, que escaló hasta la cima, constituyéndose en un bello ejemplo para cualquier joven de origen social no favorecido.
El licenciado ha presentado trabajos originales sobre la vida del cantante rioplatense (C. G. - El Muerto que Habla - Edit. Fin de Siglo – MVD 2013). Su nuevo aporte es la introducción a una nueva obra que discurrirá sobre el Anecdotario, que recuerda a “El Mago”. Se llamará de ese modo.
Esta vez, Ediciones Tanguedia (*), que conduce el Sr. Ramiro Carámbula, difunde su Cuaderno Nº 11, con el nuevo repertorio de Eduardo Cuitiño, colectando episodios diversos, conservados de manera escrita y oral.
A modo de muestra, tres de sus relatos.

EL ARTISTA SOLIDARIO

…Frente a la casa de Gardel en Jean Jaurès al 770 vivía un chico afectado de poliomelitis. Gardel se quedaba mirando al niño que, con mucha dificultad, se movía con la ayuda de una silla de un sencillo juego de comedor.
El niño se llamaba Juan Bautista Pignataro, y fue allá, por 1933… El chico estaba sentado en el suelo moviendo los brazos, jugando al arquero en la calle. Gardel pasó por ahí esa tarde y le dijo…
-Pibe, mañana vas a recibir una sorpresa.
Al día siguiente, con todo el revuelo del barrio, en un camión de la firma Gath & Chavez, el chico recibió una silla de ruedas totalmente nueva, que accionaba con  sus manos.

CITA DE LEGUISAMO

Muchos días inolvidables pasamos en Montevideo, allá en la Playa Malvín, junto al Hotel “Las Brisas”. Maschio (**) había habilitado dos habitaciones en su chalet (llamado “Yerúa”, como una de sus cuadras de caballos), para recibirnos a Carlos y a mi. No sorprendió entonces que Carlitos pernoctara con alguna de sus amigas en una de las habitaciones, mientras yo, puerta de por medio, me acicalaba y escapaba por la ventana, para vivir la noche uruguaya. Maschio me creía dormido y, Carlos y su compañera, a mi regreso me abrían la puerta, porque  necesariamente para entrar a mi cuarto debía pasar por el de ellos.


      CON EL CAPITÁN NASAZZI

Cuando Gardel viajó hacia San José, para cantar en el Teatro Macció, en el año 1933, en su última gira por Uruguay, pasó por la ciudad de Santa Lucía y se hospedó en la habitación 32 del “Hotel Baltimore”, el 26 de octubre de ese año; coincidió que en ese mismo momento se hospedaba allí el equipo del Club Nacional de Fútbol, que estaba concentrado. A pedido de José Nasazzi (***), Gardel le cantó a la delegación de Nacional la canción “Palomita Blanca”(****), en honor a la camiseta alba.


ASTERISCOS:
(*) tanguedia@montevideo.com  (**) Propietario de studs en el Hipódromo de Maroñas
(***) Campeonísimo. Olímpicos de 1924 y 1928 y Mundial de 1930. (****) Vals de García Jiménez y Aieta, 1929, con estos versos finales:

“La he visto entre mis brazos llorar
la he visto al darme vuelta al partir/
su tibio pañuelo agitar,/
y luego irse achicando/
su imagen lejana.../
y en mi alma agrandado/
su encanto... y esta pena/
de no tenerla más...”

martes, 1 de octubre de 2013

A LOS 33 AÑOS “EL MAGO” OBTIENE SU PRIMER DOCUMENTO IDENTIFICATORIO: ¡URUGUAYO!

1º.10.2013


La noticia no era nueva si, como probaron varios investigadores, Carlos Gardel tramitó su inscripción de nacionalidad ante las oficinas del Consulado de Uruguay en Buenos Aires, según los términos de la ley de la materia, de fecha 21.05.1906, reglamentada el 17.01.1917. El hecho quedó consolidado en la página 907 del libro registral, con el número de orden 10.052.
En el acto jurídico, sustentado como expresión de la autonomía de la voluntad, el compareciente declara, de modo irrefragable:
1) haber nacido en Tacuarembó, Uruguay;
2) en fecha 11.12.1887 y
3) señalando que sus padres fueron Carlos y María Gardel, ambos uruguayos, fallecidos.
En Uruguay la identificación de las personas, desde fines del siglo XIX y principios del XX, era política nacional dirigida a la estructuración de la familia y a conceder algún amparo a los hijos “no legítimos”, esto es, a los “naturales” y a los nacidos “fuera del matrimonio”. Se trataba de una doble orientación. Por un lado, atendía la necesidad jurídica de un Estado abierto a la modernidad y, por otro, ejercía determinada tuición sobre un segmento de personas.    
Bien. Carlos Gardel, indocumentado, se acogió a la ley de su patria. Inscripto pasaba a “existir”. Era sujeto con derechos plenos.
Cumplido el trámite, solicitó la cédula de identidad argentina. Le fue conferida en Buenos Aires el 04.11.1920, con los datos de nacionalidad oriental y fecha de nacimiento.
Pasados los años, por una extraña ecuación, el documento original fue secuestrado, aunque alguien lo fotografió y esas copias -no adulteradas- fueron  llevadas a la venta en el mercado.
La investigadora Sra. Martina Iñiguez accedió al facsimil de la cédula argentina,acreditante de su nacionalidad originaria: Uruguay. Y anunció que la entregará al centro museístico gardeliano de Tacuarembó.

  ELEMENTOS DE UNA RÉPLICA CONTUNDENTE

La noticia fue anticipada por un medio de prensa montevideano, el sábado 21 próximo pasado y, he aquí, que se ha producido revuelo en la tienda de seguidores de la hipótesis de la procedencia francesa del  máximo cantor.
La periodista porteña Sra. Ana Turón, no le atribuye ninguna significación a la existencia documental de la pieza.
Por el contrario, la investigadora Sra. Martina Iñiguez, en una réplica, fundamentada y contundente, destaca la importancia del documento facsimilar. Informa cómo lo obtuvo y cómo ahora está registrado, agregando elementos que lo proyectan con la claridad de una probanza indeformable, auténtica.
Cabe extraer de su nota algunos elementos trascendentes.

1.- LÓGICA ELEMENTAL

El niño Carlitos era un no identificado. Si hubiera sido Charles Romuald Gardes, señala Iñiguez, “nada le hubiera resultado más fácil que nacionalizarse argentino después del 11 de diciembre de 1910, porque los franceses menores de edad, residentes en el país durante más de dos años, podían adoptar definitivamente la nacionalidad argentina al cumplir los 21 años de edad”,  resultando además, que quedaban  “completamente libres, a partir de ese momento, de sus obligaciones militares para con Francia”.

2.- PRONTUARIOS Y EVIDENCIAS

Recuerda, asimismo que, por ese estado de indocumentación, el cantante Gardel acudió al favor de caudillos de comités, quienes le proporcionarían identidad de circunstancia, no legal, hacia 1913.
 Justamente, anota la gran estudiosa gardeliana, “existe un prontuario de 1913 que "desapareció" hace más de 20 años del Museo Policial de Buenos Aires, cuya portada fue publicada en la revista “Gente”, en 1977, siendo asesor el Sr. Enrique Espina Rawson, francesista connotado, miembro del Centro de Estudios Gardelianos (CEG), de Bs.As.
Por otra parte, el francesista Sr. Juan  Carlos Estaban -fallecido recientemente-, integrante del CEG, difundió en 2012 “dos páginas interiores de este mismo prontuario”, las que “fueron fotografiadas y publicadas en Internet”. Y, a la vez, “informó que el actual propietario de este Prontuario es el Sr. Norberto Ignacio Regueira”, quien  es -nada menos- que vicepresidente de la entidad citada. Aunque, “lamentablemente, se han negado a compartir públicamente el contenido completo de este documento que podría echar luz sobre otros hechos de la biografía gardeliana”.
Otro prontuario, de 1915, ilustra  que  “Gardel obtuvo una cédula de identidad falsa, como nacido en La Plata.

3.- CAEN LOS VELOS

Muchas veces el ocultamiento deliberado va de la mano con  el fraude ideológico. Para despejar tales situaciones, nada mejor que arrojar rayos de luz. Es lo que hace, paso a paso, la biografista argentina.
¿Quién posee la documentación?
Iñiguez: El Sr. Walter Santoro, fundador y presidente de Fundación Industrias Culturales Argentinas (FICA), institución dedicada a conservar el patrimonio cultural de Argentina y Uruguay, adquirió a través de una oferta realizada en Internet, los facsímiles de la primera cédula de identidad legal que Carlos Gardel tramitó en Buenos Aires el 4 de noviembre de 1920….
¿De dónde procede el facsimil que la historiadora entregará en Tacuarembó?    
Iñiguez: El Sr. Walter Santoro tuvo la grandeza intelectual de entregarnos una copia del documento que adquirió…
Actualmente las fotografías de ese documento son de dominio público y pueden obtenerse en la dirección de Wikipedia…
¿Quién secuestró la cédula argentina de Carlos Gardel?
Iñiguez: Esta primera cédula de identidad legal de Carlos Gardelestaba en poder del coleccionista Hamlet Peluso…
  Y aporta, de inmediato, la prueba gráfica que esclarece con estas manifestaciones:
Podemos ver en la vitrina que le perteneció, que fue publicada en la desaparecida página “Gardel Web”, el lugar donde estaba. Superpusimos una ampliación para que se pueda comprobar que se trata de la misma Cédula..


¿Pero, quién era Hamlet Peluso?
Iñiguez: El Sr Hamlet Peluso, que fuera en vida vicepresidente del Centro de Estudios Gardelianos, siempre mantuvo este documento sólo para sí, no compartiendo nunca su contenido con los investigadores que sostenían la orientalidad del cantor.
En su libro “Carlos Gardel yla Prensa Mundial”, cuya autoría compartió con el Sr. Eduardo Visconti, secretario del C.E.G., omitió expresamente las menciones hechas públicas a la prensa uruguaya y en tres ocasiones diferentes por el mismo Carlos Gardel, sobre su nacimiento en Tacuarembó, hecho que explica las razones que lo llevaron a su ocultamiento.

En suma:

El facsimil de la cédula identificatoria, a la que Gardel accediera en Argentina, demuestra haber sido gestionada a partir de la documentación uruguaya en la que se declaró oriundo de Tacuarembó y nacido el 11 de diciembre de 1887. Ambos elementos son constantes en sus posteriores instrumentos de identidad, incluido el pasaporte chamuscado, encontrado entre los restos del avión en que falleciera en Medellín (Colombia).
La cédula legal Argentina la había recibido apenas faltando una semana para cumplir 33 años.-
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