sábado, 21 de julio de 2007

ITINERARIO ARTÍSTICO DE CARLOS GARDEL

Escribe Walter Ernesto Celina

PRECISIÓN PRELIMINAR

La cronología que se expondrá tiene una finalidad general de difusión. No procede de una biografía acabada de Carlos Gardel. Ella seguramente es una deuda -compleja-, reservada a los historiadores que incursionan en el campo de la música popular rioplatense.

El itinerario que se expone no tiene pues, el carácter de una apreciación concluyente, sino de una aproximación cronológica, sujeta a necesarias revisiones.

La relación surge como fruto de investigaciones diversas, en la que han aportado sus elementos constitutivos variados autores y, muy en especial, el Profesor Emérito Universitario Arquitecto Nelson Bayardo.

A los amables lectores agradeceré quieran suministrar los elementos conducentes para una nueva presentación del texto, remitiendo todo dato, antecedente o juicio que se estime relevante, con las señales, en cuanto corresponda, de personas, tiempo y lugar.

La búsqueda de la verdad histórica siempre ha de necesitar de las pesquisas, como de la reflexión colectiva.

Por encima de cualquier diferencia interpretativa o de detalle se advertirá, en el recorrido que a continuación se traza, que la talla de Carlos Gardel en el escenario artístico es de una dimensión extraordinaria.

La gratificación estética que producen sus interpretaciones, atravesando sucesivas generaciones, inducen al disfrute y recuperación constante de su notable genio e inolvidable imagen.

VEINTICINCO AÑOS PARA LA ETERNIDAD

1910.- Viaja de Buenos Aires a Montevideo en 1908, retornando a la gran ciudad en 1910. Se iniciará el tiempo en que su estrella comenzará a anticipar sus grandes destellos.
Paseará su figura de cantor por Corrales Viejos, Mataderos, Barracas, El Abasto. Será tramoyista de teatro, claqueur en la Trouppe Ghiglione, integrante de conjuntos carnavalescos, animador de fiestas en clubes políticos, studs y reuniones.
Estará en contacto con Gabino Ezeiza, José María Silva, Pedro Garay, tras haber alternado en Montevideo con Arturo de Navas.
Barajará naipes y cantará en el Café O’Rondeman, de los hermanos Traverso.

1911.- Se relaciona con José Razzano, para formar el memorable dúo de El Morocho y El Oriental.
Frecuenta el Café del Pelado.

1912.- Junto a Pancho Martino realiza una gira, poco exitosa, por el Interior de Argentina.

1913.- Registra grabaciones acústicas para el sello Columbia. La serie se inicia con El Tirador Plateao y El Pangaré.
Al dúo formado con Martino han de agregarse Razzano y Salinas. Del agrupamiento subsistirá la dupla Gardel-Razzano.
Goza de los favores de Madame Jeanne.
Con Razzano son contratados por el Cabaret Armenonville.

1914.- El dúo debuta en el Teatro Nacional con la Compañía Ducasse-Alippi.
Frecuentan el Café de los Angelitos. Se vincularán a la tertulia de los hermanos Laurent, Armando Deferrari, Luis Ángel Firpo, Joaquín de Vedia, Armando Defino. El mítico café ha de unirlos a Ezeiza, Ríos, Bettinotti.

1915.- El 18 de junio el dúo debuta en Montevideo, en el Cabaret Royal, de Visconti Romano. Accederán luego al Teatro 18 de Julio.
Poco después, viajarán a Brasil.
Incorporan al guitarrista negro José Ricardo.
El 11 de diciembre, al retirarse de un baile en el Palais de Glace, es herido de bala. Se repone en una estancia de Valle Edén, Departamento de Tacuarembó.

1916.- Recuperado actúa en el Teatro Politeama de Montevideo. Concurre a los ranchos de la costa, en Malvín y Buceo, y acompaña los combates de los boxeadores Ángel Rodríguez y Andrés Miguez. Asiste al Hipódromo Nacional de Maroñas y a riñas de gallos en el picadero de Gral. Flores y Larrañaga. Se aloja en los Hoteles Lanata y Cervantes. Es habitué de los Restauranes Morini y Stradella.
En Buenos Aires actuará en el Teatro Esmeralda (después Maipo).

1917.- A dúo con Razzano, imprimirán Cantar Eterno, el 9 de abril, iniciando presentaciones para el sello Odeón. Como solista registrará El Tirador Plateao.
En mayo filma Flor de Durazno.
En Montevideo, en el Moulin Rouge, escuchará a Pascual Contursi cantando Mi Noche Triste.
Grabará el tema, que circulará al año siguiente. Se trata del primer tango llevado a la placa.

1918.- Acompañando a la Orquesta de Firpo, el dúo promociona sus producciones por el Interior de Argentina,
1919.- Con Razzano continúa sus presentaciones en el Interior. Actúan en teatros y ofrecen espectáculos en actos de beneficencia, fiestas, etc.

1920.- Se domicilia en Rodríguez Peña N° 451.
El Consulado de Uruguay en Buenos Aires le expide el certificado de nacionalidad donde se acredita su nacimiento en Tacuarembó, el 11 de diciembre de 1887.
Conoce a Isabel del Valle, su novia oficial.

1921.- Se afilia a una entidad de Paseo Colón para cumplir ejercicios de reducción de peso. Se somete a sesiones intensivas de gimnasia y masajes. Con amigos trota desde el barrio del Once a Palermo. Hace pelota vasca y bochas. Concurre al Club de Box Policial para quemar -por su propia expresión- los “roschepu”.
Conoce a Ireneo Leguisamo en el Hipódromo Nacional de Maroñas.
El guitarrista Desiderio Barbieri se incorpora al acompañamiento del dúo.

1922.- Traba contacto con el escritor Jacinto Benavente, quien lo interroga sobre el uso del lunfardo. Le contesta con humor: “¡Póngale la firma, Don Jacinto! En el trocén no tanto, pero en los riobas hay cada orre que la chamuya al vesrre.”
Este año habría tomado clases de canto con el Maestro Eduardo Bonessi.

1923.- Vuelve a actuar en el Teatro 18 de Julio.
Gestiona la ciudadanía argentina, manteniendo la declaración de nacimiento en Tacuarembó.
El 15 de noviembre parte con Razzano y guitarristas para España.
Debutan en Madrid con la Compañía Rivera-de Rosas.

1924.- De regreso en Buenos Aires, Gardel canta en un homenaje al Príncipe de Savoya.
Realiza su primera actuación radial en la Emisora Splendid acompañado por Francisco Canaro y sus músicos.
El Dr. León Elkin lo trata de la garganta.

1925.- A iniciativa del Presidente Alvear el dúo participa de un homenaje al Príncipe de Gales.
Adquiere el caballo Lunático.
Razzano pierde calidad vocal, disolviéndose el binomio. El Oriental asumirá como administrador de Gardel.
Parte para España con el guitarrista Ricardo. Se presenta en Barcelona, ciudad en que efectúa su primer registro eléctrico.

1926.- Cosecha éxitos en España. Es distinguido por el Rey Alfonso XIII.
Cumple actuaciones en Radio Prieto.
Con Berthe Gardes e Isabel del Valle comparte en Buenos Aires la casa de Rincón N° 137.
Adquiere la propiedad de Jean Jaurés N° 735.

1927.- A sala repleta se presenta en el Teatro Solís de Montevideo.
De retorno a Buenos Aires es escuchado en el Café Tortoni por el dramaturgo Luigi Pirandello.
Viaja nuevamente a España.

1928.- De Barcelona pasa a Bilbao, San Sebastián y Santander desarrollando un ciclo de recitales.
Actúa en radios.
Es aclamado por el público catalán, el que le obsequia un automóvil Graham Paige.
En el Río de la Plata incorpora al guitarrista José María Aguilar, quien hace sonar las cuerdas con un efecto de mandolina.
Su posible relación con una mujer del mundo nocturno porteño precipitaría su retorno a Europa. Parte rumbo a París, con guitarrista, manager y chofer.
Permanece cuatro meses en la cartelera del Dancing Florida de París.
Efectúa nuevas grabaciones.

1929.- Viaja por Italia y, de retorno a París, participa en el Teatro Ópera del Festival Bal de Petit Lits Blanches, en el que intervendrán el notable Maurice Chevalier y la cantante y danzarina Jeanne Marie Mistinguette, además de Lucien Boyer, el actor Raimu y Osvaldo Fresedo con su orquesta.
El Presidente de Francia Gastón Doumergue le solicita interprete El Carretero.
Actúa en Cannes y, de nuevo en París, lo hace en el Teatro Empire y en el Dancing Florida.
En tres meses se venden 70.000 de sus discos.
Canta para emisiones en cadenas radiales que cubren Londres, Madrid, Barcelona y otras ciudades europeas.
Viajará a España.
Se desvincula del guitarrista Ricardo.
Regresa a Buenos Aires, el 17 de junio, en el vapor Comte Rosso.
Ocupa el inmueble de Jean Jaurés N° 735.
Compartirá actuaciones con la exquisita Josefina Baker, Libertad Lamarque e Ignacio Corsini.
Se somete a una intervención nasal. Después será tratado por el otorrino uruguayo Dr. Quintela.

1930.- Integra al guitarrista Domingo Ángel Riverol, junto a Barbieri y Aguilar.
Graba con Francisco Canaro y Biaggi-Rodio.
En julio visita la concentración de los futbolistas uruguayos que intervienen en el Campeonato Mundial de Montevideo. Interpreta Isla de Flores y La Uruguayita Lucía.
Saluda también a la selección de Argentina.
En El Imparcial, del 13 de julio, sostiene haber nacido en Tacuarembó y tener 48 años.
Realiza un film de canciones en el que dialoga con Francisco Canaro, Enrique Santos Discépolo, Antonio de Navas y Celedonio Esteban Flores.
Viaja a Europa.

1931.- En Niza, en El Palacio del Mediterráneo, comparte cartelera con la Mistinguette y cultiva su amistad con el genio de Charles Chaplin.
Recibe a su amigo Ireneo Leguisamo.
Sus relaciones con la Baronesa Sally de Wakefield suscitan comentarios en medios latinoamericanos.
Se separa del guitarrista Aguilar.
En Joinville filma Luces de Buenos Aires.
En la Sorbona participa en un concierto con Julio De Caro.
En Buenos Aires asocia como guitarrista a Julio D. Vivas.
Carlos de la Púa le critica que cante canzonetas.
Con la orquesta del franco-armenio Kalikian Gregor graba canciones en francés.
Actúa en el Teatro Artigas de Montevideo.
Designa a Armando Defino como nuevo administrador.
Retorna a Europa.

1932.- Visita Nápoles, Niza, París, Londres. En capitales europeas realiza actuaciones radiales.
Se transmite al Río de la Plata un programa de celebración del 25 de Mayo.
Filma Espérame, la Casa es Seria y Melodía de Arrabal.

1933.- El 13 de enero comienza en Buenos Aires su último ciclo de grabaciones con Barbieri, Riverol, Vivas y Pettorossi.
Deja sin efecto el poder que en 1925 otorgara a Razzano.
Graba con las orquestas de Alfredo Castellanos y Francisco Canaro, así como con el guitarrista Vivas.
Participa en la revista musical De Gabino a Gardel, de Ivo Pelay.
Hugo Mariani, Director de la Orquesta de la National Broadcasting System (NBS), le ofrece contratos en Nueva York.
Reaparece el 29 de setiembre en el Teatro 18 de Julio de Montevideo, registrando un clamoroso suceso.
El 5 de octubre canta en una fiesta ofrecida por el dictador Gabriel Terra, generando malestar en el círculo de sus amistades. Al día siguiente realiza una actuación en Radio Carve. Rechaza cantar en el selecto Club Uruguay. Dedica una velada gratuita para enfermos del Hospital Fermín Ferreyra.
En Uruguay realiza una gira que comprende las ciudades de Mercedes, Salto, Paysandú y San José.
En el barrio montevideano de Punta Gorda-Carrasco escritura la compra de un terreno. Declara haber nacido en Tacuarembó.
Ante la inminencia de su viaje a Nueva York se le ofrece una despedida en el Stud Macchio.
Visita a la familia de Razzano.
El 6 de diciembre realiza sus tres últimas grabaciones: Tu Diagnóstico, El Tirador Plateao y Madame Ivonne.
Parte en barco para Barcelona. Llega a París. Visita Toulouse.
La Baronesa Wakefield celebra su cumpleaños, oportunidad en que le confiará al periodista Manuel Sofovich tener 49 años (7 más que los declarados en el testamento ológrafo).
Zarpa para Nueva York el 22 de diciembre.

1934.- Obtiene, tras las presentaciones que le brindara Hugo Mariani, un abultado contrato para intervenir dos veces a la semana junto a la orquesta de la NBS.
Conoce al arreglador Terig Tucci.
Se somete a intensas sesiones de gimnasia.
Estudia inglés por el Método Cortina y ensaya letras en este idioma.
Obvia un contrato para acompañar a la diva Gloria Swamson.
El 5 de marzo Radio Splendid emite una audición en la que Gardel canta desde Nueva York, siendo acompañado por sus guitarristas en Buenos Aires.
El 20 de marzo firma con el sello Paramount un contrato para filmar dos obras, con opción a cuatro más.
En Long Island produce Cuesta Abajo y el Tango en Broadway.
Realiza las grabaciones de Criollita Decí que Sí y Cuesta Abajo.
Vuelve a Europa. Visita Toulouse.
Habiendo retornado a Nueva York, filma secuencias de Cazadores de Estrellas.

1935.- En Long Island realiza El Día que me Quieras.
En febrero filma Tango Bar.
El 15 de marzo efectúa una emisión desde Nueva York para Radio Belgrano.
El 20 siguiente llevará al disco Guitarra Mía, su última grabación.
Sacha, una vidente rusa, le predice un destino trágico.
El 28 de marzo sale de Nueva York con su comitiva artística.
En abril ocupará las carteleras de Puerto Rico. Luego estará en el Teatro Principal de Caracas.
A pedido del mandatario venezolano Juan Vicente López llegará a Maracay, La Ciudad Jardín. La gira se extenderá a Valencia, Maracaibo, Cabimas. Viajará a Curazao y Aruba. Pasará por Barranquillas y Cartagena.
El 10 de junio tendrá un recital en Medellín.
El 14 siguiente, en forma clamorosa, es recibido en el aeródromo El Techo, de Bogotá.
Se presenta en los Teatros Real y Olimpia y tiene una despedida radial apoteósica en la Voz de Víctor.
Es homenajeado en el Restaurante Francés, donde otra vidente presagia su fin.
El 24 de junio se apagará su voz, la que volverá para siempre, cada vez que alguien susurre las estrofas de un tango.

waltercelina1@hotmail.com

COMENTARIO ACERCA DE UN NACIMIENTO MEMORABLE

Selección por Walter Ernesto Celina

He tenido oportunidad de presentar, en nota anterior, “El parto”, un fragmento de la novela del escritor argentino Dr. Norberto S. Baranchuk, titulada “El nacimiento de Carlos Gardel”.
Las investigaciones más modernas y profundas establecen la nacionalidad uruguaya del gran cantante, lo que por cierto colma de orgullo a los tacuaremboenses y connacionales. Se trata de un accidente lugareño.

La magnitud de la figura de “El Mago” es objeto de análisis históricos, lo que ocupa un lugar destacado en el ámbito de las pesquisas. Nuevas y más recientes evidencias permiten desalentar la tesis de un Gardel francés, en lo que se conoce también, como la “historia oficial”.

Una personalidad de la relevancia de Gardel, que por décadas trasciende la emoción más auténticamente rioplatense y se hace patrimonio de innúmeras comunidades del habla hispana, es materia de leyendas que deambulan en boca de la gente y, también, de incorporaciones frecuentes al ámbito literario.

“El nacimiento de Gardel” pertenece a este último género.

Antonio Giunta, miembro de la Fundación de la Academia Nacional del Tango, vierte el siguiente comentario al presentar la novela de Baranchuk:

“Mientras paseamos por Tacuarembó y disfrutamos de sus personajes, participamos de una historia mítica, porque de eso se trata “El nacimiento de Carlos Gardel”. Podemos acceder a ella a través de la pasión, desde una comprometida búsqueda de la verdad, si la verdad histórica fuera necesaria y posible; también podemos iniciar su abordaje a través de la emoción que despierta el ídolo popular.
Pero lo mejor es dejarse llevar por la pluma del autor, quien juega con datos aleatorios y los baraja, los poetiza, los desenvuelve cual sorprendente regalo para rozar la sátira sin dejar de respetar jamás la tradición. A tal punto ello es así, que al terminar la lectura uno puede llegar a preguntarse sobre el verdadero origen del más grande cantor nacional.
¿Cantor nacional? ¿De qué nación hablamos? ¿A qué lugar pertenece? No hay duda que los interrogantes sólo sirven de pretexto para urdir una historia atrapante, ante la que hay que esforzarse para no ser alcanzado por la controversia.
¿Será necesario hacer llover tanta tinta, como sugiere Norberto S. Baranchuk para establecer el sitio del nacimiento de ídolo? El mito es creado por el pueblo; lo siente suyo como si hubiese sido hecho a su imagen y semejanza. Los argentinos también pecamos de soberbia cuando decimos que Carlitos eligió ser argentino.
Pero él, como todo ídolo, carece de nacionalidad; es universal.
El poeta Horacio Ferrer contó que, a pocos días de nacer en Montevideo, sus padres viajaron con él a Buenos Aires en el vapor de La Carrera. Ocupaba con su madre una de las literas altas, y cuando el río se puso bravo, Horacio cayó al suelo y ¡oh milagro!, resultó ileso.
¡Nació de nuevo! ¿Pero, dónde? Justo en la imaginaria línea que divide las aguas territoriales del Río de la Plata, entre Uruguay y Argentina. Con esta historia resolvió el problema de tener que elegir. Simplemente, devino rioplatense.
¡Vaya uno a saber dónde nació Gardel! Tal vez en otra galaxia y, al caer su nave espacial en algún punto de la tierra, se convirtió en un ciudadano de este planeta.
En tren de imaginar, creo que en el fondo a todos nos gustaría que esta última historia fuese la verdadera. Es más, tal vez lo sea.
Debo confesarles mis sospechas. Creo que en realidad nació en el Río de la Plata.”

waltercelina1@hotmail.com

martes, 17 de julio de 2007

EL NACIMIENTO DE CARLOS GARDEL

Introducción y selección por Walter Ernesto Celina

Junto a la historia verdadera, esa que los hombres nos empeñamos en aprehender y que tantas veces nos es esquiva, coexisten los mitos y leyendas que recrea el imaginario colectivo, en actos anónimos, transmitidos de generación en generación.

Desde muy lejanas épocas, en tan ricas fuentes abrevan, como tomados de la mano, los cantos populares y los escritos literarios.
La historia relatada de las sociedades, como la de sus hombres brillantes, se elabora dato a dato, se discute, se reinterpreta y se decanta en un proceso contradictorio y plural. Prolongado. No instantáneo, ni único.

La historia de Carlos Gardel aún no está suficientemente escrita. La investigación la aborda y la integra, con creciente empeño, en múltiples facetas.

Mientras ello transcurre, la literatura da espacio a muchas novelas, en que la fantasía huye de la realidad, la transforma o la devuelve para que sea asida, nuevamente, en el reino de la imaginación.
Norberto S. Baranchuk, en 2006, editó en Buenos Aires la novela “El nacimiento de Gardel” (colección narrativa Los Oficios Terrestres - Libros de Tierra Firme).

El autor es médico pediatra, miembro de la sociedad argentina de la especialidad y escritor prolífico.

¿De qué modo transcurrió el nacimiento del más formidable cantante rioplatense de todos los tiempos?
Veamos como Baranchuk lo presenta en su literatura:

EL PARTO

“Un hombre no es más que un hombre.
Una mujer no es más que una mujer.
Un acto de amor no es más que un momento,
un embarazo dura nueve meses y los hijos
vienen con un pan o un pecado bajo el brazo,
un destino incierto llevan las cosas
a un irreducible núcleo de misterio.

Una sala extensa y espaciosa engalana las paredes con tapices de Persia. El ambiente crea una sublime melancolía que lleva al visitante a meditar sobre la transitoriedad del destino humano. Cat y Vila (protagonistas de la novela. WEC) podrán contemplar su propio nacimiento. ¿O su propia muerte?
Una niña púber, de cabellera rojo fuego que le cae en cascada desde los hombros hasta la cintura, está sentada con las manos juntas sobre la falda. Mira, sin ver, un punto fijo en la pared opuesta. Es la parturienta. La función todavía no empezó; doña Paca tenía razón, había tiempo.
Al fondo del salón, en un ángulo, se puede ver un chaise longue, y al Dr. Cura con el sombrero puesto, sin saco y con las mangas de la camisa arremangadas. Prepara el material y lo dispone sobre una mesa. Hace una seña a la niña, ella se acerca. Está embarazada a término, la panza es monumental para su pequeña figura. Se saca la bombacha, se acuesta y con un solo movimiento levanta la pollera y las enaguas sobre su cabeza. Vila se pregunta por dónde va a respirar. Ella yace con las piernas abiertas, sus pies sobresalen del sofá. Entre la falda y las puntillas de sus intimidades asoma primero la cabeza y luego su fino cuello del que cuelga un pañuelo de gasa.
Cat tiene un grito atrapado en la garganta. El sentimiento de horror permanece entre la sensación y el lenguaje.
El doctor descorre un velo y muestra realidades ignotas y ocultas: el dolor de la madre púber, el nacimiento del héroe, la deshumanización de la medicina.
Sin embargo, la acción de develar sólo es posible en cuanto, al mismo tiempo encubra algo.
Develar es ocultar en rincones oscuros. Cat no puede gritar, debe ahondar en la oscuridad y saber descubrir su secreto que, sin embargo, puede profundizar el misterio.
Llanto de recién nacido; inspiración honda, primera bocanada de aire; cordón largo, trenzado, recorrido por vasos azules y rojos, húmedo. La tijera lo corta y ya son dos, madre e hijo, hijo y madre.
La niña se recupera, el doctor la ayuda a reincorporarse, la lleva con la mano en alto al centro del salón -como si fueran a bailar una contradanza-, donde la entrega a doña Paca, quien, con la misma parsimonia, teatralidad y mesura, la aproxima a un trono levantado en el extremo opuesto del ambiente. La ayuda a subir y sentarse, acomoda los pliegues de la falda y llama con un gesto a quien sostiene al niño en sus brazos. Es una lavandera, cabaretera, de bandera francesa, ella se hará cargo del bebé. La madre púber debe quedar en el misterio. Por un momento podrá adorar al niño. Lo ponen en su falda, de frente al salón para mostrarlo a los presentes. Con los dedos extendidos en ángulo, yema contra yema de ambas manos, la puérpera protege la cabeza de la criatura. Los pañales caen al suelo, el niño queda desnudo y abre sus manos, palmas arriba, separa los brazos, quiere volar. Un zorzal parejero canta en la ventana y vuela por él. Amanece.”

waltercelina1@hotmail.com

miércoles, 11 de julio de 2007

INVESTIGADORA ARGENTINA EN MONTEVIDEO

La investigadora gardeliana Sra. Martina Iñiguez visitó Montevideo por tareas inherentes a sus importantes pesquisas.
La oportunidad fue propicia para que el día 23 próximo pasado ofreciera una conferencia en la Casa de Tacuarembó de la capital uruguaya.
Con una asistencia muy amplia, un público mayoritariamente isabelino, siguió con atención la exposición de la calificada intelectual argentina, quien abordó la identidad de Carlos Gardel, apoyada en fotografías de la infancia del cantante y dió a conocer las importantes conclusiones a las que llegó estudiando materiales de la época y circunstancias de lugar. Para dicha labor individualizó fotos antiguas, estudios fotográficos, grupos escolares, edificios y planos, etc.
Sin perjuicio de recoger oportunamente los aspectos centrales de su disertación, se extractan de “El Zorzal” -publicación de la colonia de residentes de Tacuarembó- las siguientes reflexiones que aluden a la invitada y a sus contribuciones.


LA ESCUELA DE LA CALLE DURAZNO

“La Sra. Martina Iñiguez se ha incorporado a la investigación del origen de Carlos Gardel, continuando el trabajo realizado por los investigadores Erasmo Silva Cabrera (Avlis), Nelson Bayardo y Eduardo Paysée González., con la invaluable colaboración de María Hortiguera, Directora del Museo Pedagógico, y de Abel Alexander, Asesor Fotográfico de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires.
Ha hecho también entrega de su trabajo a la Academia Porteña del Lunfardo y a la Academia Nacional del Tango -en su país- y ha tenido el honor de haber sido invitada por su presidente, el Sr. Horacio Arturo Ferrer, a dar una charla sobre sus indagatorias.
El trabajo está basado en la existencia de dos fotografías de la infancia del cantor, identificado en las mismas por Berthe Gardes, su madre de corazón.
En la primera, Gardel forma parte de un grupo escolar y, a través de comparaciones hechas entre el edificio escolar y el plano de la Escuela Urbana de Segundo Grado N° 27, de la calle Durazno N° 335/337, de Montevideo, más la existencia de otras fotos escolares tomadas en el mismo edificio, se ha determinado que Carlos Gardel cursó parte de su escolaridad en Montevideo, hecho incompatible con la “historia oficial”.
Se ha demostrado, asimismo, que la foto mencionada no pudo ser tomada en ninguna de las escuelas a las que asistió el niño nacido en Touluose: Charles Romuald Gardes.
En la segunda fotografía, tomada por Benincasa Hnos., el niño Gardel aparece con una niña, hija de Doña Rosa C. de Franchini.
Si se toma en cuenta la posible fecha de la primera foto y la historia del establecimiento Benincasa Hnos. se concluye que la niña que lo acompaña es Francisca Franchini, segunda hija de Dona Rosa, nacida entre mayo de 1882 y mayo de 1883.
Las fechas en que púdieron ser tomadas las fotografías coinciden con las declaraciones publicadas por Berthe Gardes, así como con diversas afirmaciones de testigos insospechables y las del propio cantor sobre sus estadías en Montevideo.
No hay forma, en cambio, de insertar estas dos fotografías en la “historia oficial”
Si hubo un niño, del que tenemos registrada la trayectoria escolar en Buenos Aires, y hay otro niño del que tenemos documemntado su paso por una escuela de Montevideo, 4 años antes que el anterior comenzara su escolaridad, es evidente que estamos hablando de dos niños distintos, a los que se quiso fusionar en uno solo.”



waltercelina1@hotmail.com

jueves, 5 de julio de 2007

DEL ANECDOTARIO DE CARLOS GARDEL

Escribe Walter Ernesto Celina
waltercelina1@hotmail.com
Un desaparecido sitio de Internet, identificado como:
http://www.carlosgardel8m.com./anecdotas.hmt, divulgó una serie de pasajes menos difundidos de la forma cotidiana en que se mostraba Carlos Gardel en el mundo de sus relaciones.
De dicha fuente se extractan los siguientes relatos, los que se acompañarán -cuando corresponda- de algún breve comentario.

DE BUEN HUMOR

La anécdota fue corroborada por Francisco Canaro y Cátulo Castillo. Canaro escribió que fue en Madrid, aunque se habría producido en Barcelona.
Al parecer “El Zorzal” siempre se hacía lustrar sus zapatos con el mismo muchacho. Una tarde Gardel silba despreocupadamente el tango “Silbando”, con la misma melodía con se aprecia en las dos grabaciones que dejara. El lustrabotas quedó extasiado.
-¿Qué bien silba, señorito Don Carlos!
-Ma que silbo... ¡Es un pito, pibe!
El joven aprovechó la confianza que le dispensara Gardel para preguntarle:
-Dígame Ud.... Perdone la curiosidad. ¿Qué se coloca en el cabello para tenerlo así, tan reluciente y bien peinado?
“El Zorzal”, sintiéndose de buen humor, le contestó:
-No se lo batas a nadie. ¡Dulce de membrillo! Probá. Es un fenómeno.
-¿Jalea, dirá Ud.?
-Eso es, jalea. Pero tiene que ser de la buena.
A la tarde siguiente volvió Gardel por la parada del lustrabotas. Tenía el pelo oscuro, a lo Louise Brooks.
-¿Viste pibe, qué bien te queda? ¡Parece que me hiciste caso!
-Sí señorito, es verdad... Pero, debe haber algún misterio porque a Ud. las moscas no le hacen nada y, en cambio a mi... Vea, ¡no me dejan vivir!

PEDIDO DE EXPLICACIÓN

El término silente es sinónimo de silencioso. Su uso no corresponde al lenguaje corriente, sino al poético.
“El Mago” dejó en la cera del disco 11 tangos del autor Enrique Dizeo ((1893-1980). Uno de ellos fue “A media noche”, musicalizado por Juan Maglio (Pacho).
El cantante y el letrista se conocían de 1923, estañeros como eran ambos en el “Café de los angelitos”. Allí Dizeo le entregó a Gardel su trabajo. Los versos del autor, que gustaba firmarlos “Ozedi”, dicen en un pasaje:
Como un gemido doliente,
llena de harapos, cabizbaja y mustia,
siempre se la ve silente
con todo el peso de negra angustia...
“El Zorzal” lo llama aparte y le pregunta:
-Decime... ¿qué carajo quiere decir “silente”?

UNA ACLARACIÓN PERTINENTE

El sitio de Internet que difundiera referencias acerca de la vida de Gardel formuló una aclaración que no es una anécdota, pero que resulta pertinente hacer conocer, despejando alguna idea equivocada acerca de la pronunciación gardeliana.
El hecho que, en algunas oportunidades, “El Mago” no pronunciara la “n”, trocándola en apariencia por una “r”, obedecía a una deformación de los rudimentarios medios de grabación empleados.
La explicación es la siguiente: la energía de la voz producía la vibración de una membrana que hacía incidir la púa en una rosca sinfín, la que grababa sobre el disco matriz de pasta. La voz era conducida desde una bocina, en que el cantor introducía prácticamente su cara y un caño la transportaba hasta la púa. Se hacía necesario marcar consonantes fuertes, ya que las débiles no alcanzaban a dejar una huella suficiente en el material sensible.
“Targo”, en vez de tango, se debe a eso. Y no a un defecto de pronunciación inherente al gran cantante.

TRES CHISTES SICALÍPTICOS

Se conocen tres chistes predilectos de Gardel. Solía contarlos entre amigos de mayor confianza, dado su contenido sicalíptico.
1
Un señor había tenido relaciones sexuales en la noche anterior a un largo viaje que emprendería en barco.
La mañana de la despedida, va la mujer al puerto.
Arriba del buque, apoyado en la baranda, el señor le grita:
-Si tenés noticias mías, ¡ponele Carlitos...!
A lo que, desde tierra, la mujer responde:
-Si tenés noticias mías, ponele permanganato...!
(Permanganato: Desinfectante dermal, de extendido uso para atemperar enfermedades venéreas, especialmente en la época anterior a la aparición de los antibióticos.)
2
Un señor llega a su casa antes de la hora acostumbrada y descubre a su esposa en la cama con un sujeto.
El marido indignado, le reprocha:
-¡¿Cómo podés acostarte con este mugriento?!
Replica la mujer:
-Mirá querido, vos sabés que soy una mujer muy católica. Pasó este hombre por la puerta y me dijo que tenía hambre. Y le di la milanesa que sobró anoche.
-¡Que me importa la milanesa!, interrumpió el esposo entrando en cólera.
-Ya se iba, continuó la mujer, cuando en la puerta me preguntó si no tenía alguna cosa de mi marido, que no usara más, como para dársela. ¡Y, bueno querido..., lo hice pasar!
3
Un señor desocupado ingresó cierta mañana al Jardín Zoológico. Al enfrentar el pabellón de los elefantes vió que cinco hombres trabajaban con una soga gruesa, como la de los barcos.
En cierto momento, en que los individuos tironeaban más y más, desde el recinto se oyeron gritos.
El señor no entendía nada, pero se ofreció para tirar él también. De buena gana los operarios le respondieron que sí. Y, así, transcurrió casi toda la mañana.
En cierto momento, uno de aquellos hombres dijo:
-Bueno muchachos, creo que ya está.
Largaron todos la soga. Luego vino una persona y les entregó 20 pesos a cada uno.
El desocupado regresó a su casa contentísimo.
-¡Querida: encontré un trabajo! Mañana iré temprano al zoológico. No puedo perder esta oportunidad.
Al día siguiente volvió al lugar, enderezando hacia el pabellón de los elefantes, sorprendiéndose al no ver a nadie.
Al rato, ve pasar a uno de los hombres que había tirado de aquella soga, preguntándole si en esta jornada no harían lo mismo. A lo que el operario respondió:
-Dígame: ¿Ud. piensa que todos los días vamos a hacer feliz al elefante?

LIGERO DE ROPAS

El día en que Gardel grabó “Madreselva” era primavera, pero el calor que se padecía en el estudio de la “Odeón” era como de verano. No podía ponerse un ventilador por el zumbido. El aire acondicionado no existía entonces. Los músicos estaban empapados, enfundados en sus trajes.
Gardel no aguantó más y se quitó el saco. Luego, el chaleco. Después la camisa y la camiseta.
Quedó apenas de zapatos y con los anteojos con los que se ayudaba para leer las pequeñas letras de las partituras.
Fue cuando justo aparece en la sala de grabaciones el técnico alemán, tan “austero, como cabrero”, al decir de Francisco Canaro.
-Pero “señó” Gardel ¿qué “quiegue” decir esto...?
A lo que “El Morocho” le replica:
-Esto quiere decir, viejito, que no tanto hacerte el estrecho, que a mí me han pasado el santo que vos en Alemania eras “una mandarina”...
La orquesta estalló en una carcajada. El alemán se fue ligero y sin saludar. Gardel continuó en lo suyo.

UNA PREVENCIÓN DE JUAN D’ARIENZO

El cabaret “Chantecler” se inauguró en 1924. El evento en sí no hubiera merecido mayor atención que la brindada por los jailaifes que allí concurrían en busca de esparcimiento. Pero ocurrió, desde un principio, que el lugar fue reducto de las mejores orquestas y cantantes. Y, lo que pudo ser un lupanar, devino en un verdadero templo tanguero.
Se ubicaba en Paraná al 440, casi Corrientes. La decoración presentaba una cascada y un molino luminoso. Fue inaugurado por la orquesta de Julio de Caro. Allí se presentaba la famosa Pepita Avellaneda. El animador fue el Príncipe Cubano, un personaje de antología. Carlos Gardel un distinguido cliente, quien llegaba después de sus actuaciones. Ocupaba siempre los palcos, en los que conversaba con tranquilidad con sus relaciones.
Era inevitable que una noche cualquiera alguien le presentara a Juan D’Arienzo ( 1900-1976).
Su debut se produjo en 1928, cuando su pianista era Luis Nicolás Visca. Actuó por 28 años en aquel centro nocturno. Su amistad con Gardel fue firme.
En una de sus charlas Gardel le confía sus temores de viajar en avión. Faltaba poco para que iniciara la que sería su última gira. D’Arienzo advirtió cierto nerviosismo en su amigo y le recomendó que no subiera jamás en uno de esos aparatos.
El cantante no tomó en cuenta aquel consejo y el 24 de junio de 1935 fallecía en el accidente de Medellín.
Al recibir la noticia D’Arienzo quedó amargamente impresionado y juró no subir, nunca más, a un avión. Y cumplió. A fines de los sesenta es contratado para actuar en Japón. Envía su orquesta y él queda en Buenos Aires.

FRAC: ¡SÓLO PARA CANTAR TANGOS!

Nos acostumbramos al Gardel de las últimas fotografías, al apolíneo cantante de 76 kilos, vestido de smoking y con poses de estudio. Pero no siempre fue así. Más o menos hasta 1921 los retratos lo muestran invariablemente gordo, con sombrero “rancho de paja” o con peinado de raya al medio, como Florencio Sánchez. Hubo épocas en que se quitaba la faja y desplegaba un gran volúmen, trabajado pacientemente con pucheretes en el viejo “Tropezón”.
Gardel luchaba contra la gordura con masajes, natación, pelota vasca y algo de gimnasia, pero a la salida de la Asociación Cristiana de Jóvenes, en Paseo Colón 161, se internaba en la cantina “Chanta Cuatro” para recuperar, con buena ventura, lo perdido...
Véase lo que sobrevive en la película “Flor de Durazno”, de 1917; un Gardel con una masa digna de “Las Violetas”.
Existe al respecto una historia interesante, que contó el autor teatral Antonio Botta (1896-1969). Este se encontraba en Suiza cubriendo para un diario porteño un campeonato de tenis. Allí trabó amistad con un tennisman inglés. Terminado el torneo, se fue a París, acompañando a un jugador de la delegación argentina y lo primero que hizo fue ir a saludar a “El Zorzal”, que actuaba con notable éxito en un cabaret. Y, justo allí, volverion a encontrarse Botta y el tennisman.
Botta y Gardel fueron invitados a pasar unos días en la residencia de la madre del inglés, donde se observaba la etiqueta hasta para ir al baño.
Ya se sabe cómo son de ceremoniosos los ingleses.
Ocuparon unas fastuosas habitaciones. La dama de aquel palacete anunció que recibiría a tan ilustres invitados a la hora de la cena, con británica puntualidad y traje de gala.
Era la hora y Gardel no aparecía. Llegó tarde, vestido así nomás. Con aire campechano se acercó a la dama, omnipotente en la cabecera de la larga mesa, para decirle:
-Mi simpática señora, le hago una aclaración. Yo acepto que el frac es una prenda muy elegante y distinguida, pero lo uso solamente cuando canto tangos. Permiso y ¡buen provecho!
Acto seguido, se sentó y comió a dos carrillos.